La caldera es un electrodoméstico fundamental en cualquier hogar, quedarnos sin ella implica quedarse sin agua caliente o sin calefacción con los claros inconvenientes que ello conlleva. Por ello, resulta imprescindible realizar un correcto mantenimiento de la misma.
En este artículo destacaremos la importancia de realizar una revisión periódica de la caldera y de las averías más frecuentes que se pueden evitar si nuestra caldera cuenta con el correcto mantenimiento realizado por profesionales cualificados.
Elementos a revisar en una caldera
Lo primero que tenemos que destacar es que el mantenimiento de calderas debe ser realizado por profesionales debidamente certificados por organismos como AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación).
Los elementos a revisar en una caldera dependerán de su tipo, pero básicamente después de una revisión estaremos seguros de que no existen grietas o agujeros en los diferentes conductos de conexión entre caldera y los suministros de agua y combustible, de que el soplador esta limpio y correctamente engrasado, de que los controladores de temperatura funcionan correctamente y están ajustados a niveles óptimos, de que el ventilador está debidamente ajustado, de que el tanque de presión y las válvulas de control de límite alto y de alivio de presión están perfectamente operativas, y de que el intercambiador de calor está limpio y cumple con su función.
En conclusión, tendremos la garantía de que la eficiencia energética de la caldera es la adecuada y de que las emisiones de gases de la misma están a niveles autorizados.
Ventajas y obligatoriedad de revisar la caldera
El Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) señala la obligatoriedad de revisar nuestra caldera de gas cada dos años. Si estamos hablando de calentadores de agua, entonces la revisión debe realizarse cada 5 años. Y si los que tenemos instalado es una caldera de gasóleo, éstas deben revisarse de forma obligatoria cada año.
La ventaja fundamental de estas revisiones es que resultan de vital importancia para el correcto funcionamiento de nuestra caldera, así como para asegurar el bienestar y la seguridad de todos los habitantes de nuestro hogar.
Averías principales en una caldera
Un correcto mantenimiento realizado por profesionales certificado evitará, en gran medida, todas estas averías.
Una avería típica es que la caldera no arranque al abrir el agua caliente, siendo la causa más frecuente que el detector de flujo de agua este obstruido o deteriorado. En otras ocasiones puede ocurrir que la caldera arranque, pero no se caliente el agua, pudiendo ser la causa que la válvula que separa los circuitos de agua y calefacción no funcione, de manera que el agua caliente se dirija exclusivamente hacia el circuito de calefacción.
También es posible que no funcione la calefacción, normalmente la causa será que no funcione correctamente el termostato por rotura o falta de pila, pero la causa puede estar también en algún elemento de la caldera.
Las calderas pueden hacer también ruido por diversas causas como tener el intercambiador de calor o la cámara de combustión sucias, o la bomba o el ventilador mal ajustados.
Luego están las averías relacionadas con los circuitos de agua, como puede ser que la caldera gotee o que el circuito de la calefacción pierda presión por alguna fuga no fácilmente detectable.
Pero, sin duda, la avería más peligrosa es aquella que puede causar una fuga de monóxido de carbono, ya que dicho gas puede causar la muerte por intoxicación. Por eso son muy recomendables las calderas estancas que evitan esta circunstancia
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